2010-07-23

Para escritores noveles

El tío Federico dio estos pequeños consejos, él que fue escritor, y solitario hasta la misantropía; por todo ello merece la pena leerle, aunque en una versión condensada, en pos de la ansiada brevedad:

"En los escritos de un solitario se percibe también algo del eco del desierto, del susurro de la soledad y de las tímidas miradas que ésta dirige a su alrededor (...). Quien en su cueva se ha convertido en un oso, en un buscador de tesoros enterrados o en el dragón que los custodia, tiene unas ideas que acaban tomando un tinte crepuscular característico, un olor a cueva y a moho, algo incomunicable y repugnante que lanza un soplo frío a todos los que se le acercan".

[ Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal, #289 ]

Y añado yo: aquel solitario que se planteara escribir, haría bien en ser consciente de esto, y en hacer el esfuerzo por añadir calor en su relato y colorido en sus pinceladas, pues precisamente esto es lo que se echará de menos en sus escritos, calor y color.

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