2010-07-28

Facebook


Ya sé por qué fracasó Second Life. Una idea, en principio genial, dado que permitía a cualquier enclenque lucir la tableta de Cristiano Romualdo, y mentir sobre la vida propia de cada uno, tenía, sin embargo, un defecto: el engaño era demasiado evidente. A falta de nada mejor, mucha gente se apuntó. Incluso algún político hizo el ridículo un rato. Pero entonces apareció Facebook. Facebook permite a cada cual mostrar una imagen mucho más sólida, apuntándose a grupos y haciendo comentarios que demuestren lo "buenos", lo "solidarios" y lo "cultos" que somos. Con sólo un click de vez en cuando, la inundación de referencias tapará todas nuestras miserias: si se apuntan muchos de nuestros amigos a un grupo, el efecto rebaño se muestra en toda su crudeza. No vas a mover un dedo por solucionar los problemas que denuncias, pero harás algún comentario más o menos ingenioso, y cobarde. Quedarás bien con sólo un click. Y tus contactos (no procede usar la palabra "amigos"), sabrán que estás con ellos; en el fondo todos caen en la misma trampa.

Pero lo que nos delata, lo que nos define en Facebook no es lo que decimos que hacemos, ni lo que decimos que pensamos, ni lo que decimos que somos. Lo que nos delata es nuestro comportamiento. Y ahí no caben disfraces. El que era un imbécil sin autoestima en la vida real, sigue mendigando en su muro unas palmaditas en el lomo de los que, bien lo sabe, no son otra cosa que desahogados que andan siempre a ver qué buitrean. Y los que se comportan como un rebaño sectario y sin neuronas en la vida real, llegan a Facebook, a aplaudir a los pastores del rebaño y a hacer el vacío cuando se les ordene, a quien se les ordene. La voz, o mejor, el ladrido, de su amo.

Facebook está diseñado para hacerse el bueno. En los enlaces se puede marcar "Me gusta", pero no hay una opción "No me gusta", o "apesta". Cuando añades un contacto, aparece en ambos muros; sin embargo no hay notificaciones cuando lo eliminas. Todo diseñado para fomentar el buen rollo. Es la estrategia de los creadores de Fb, ya que cuanto más a gusto pase el usuario el rato en su página, más se quedará; más visitas significa más publicidad, etcétera, etcétera. Pero todo es mentira. Ni apoyas a nadie, ni vales para nada. Eres sólo el target de un vendedor, y para él tienes forma de pirámide de Maslow.

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