2010-07-10

- Abuelito, abuelito, ¿esta noche me contará el cuento de la cigarra y la hormiga?

- Sí, mijo, sí, váyase ya a la cama y tápese con la cobija, que iré en cuanto refresque el patio.

Diez minutos después, el viejo entra en la pequeña habitación. El niño, pendiente de la sombra en el pasillo, sonríe al verle entrar en la estancia. Y sin pronunciar palabra pone cara de suma atención, rogándole con el gesto que comience el relato prometido. Y así lo hace el viejo:

Qué feliz era la cigarra libertaria en verano! El sol brillaba, las flores desprendían su aroma embriagador y la cigarra libertaria cantaba y cantaba. La primavera había sido de clima benevolente y fructífero, y la cosecha se presentaba imponente. Así, el futuro no le preocupaba lo más minimo: el cielo era tan azul sobre su cabeza y sus canciones tan alegres... Pero el verano no es eterno. Una triste mañana, la señora cigarra fue despertada por un frio intenso; las hojas de los árboles se habían puesto amarillas, una lluvia helada caía del cielo gris y la bruma le entumecía las patas. ¡Es hora de cosechar! Recogeré todas las avellanas, las nueces y todos los frutos que dejé para guardarlos. Pero cuando fue a los árboles, allí no quedaba nada. Toda aquella abundancia había desparecido, alguien debía habérselo llevado todo, antes de tiempo, pues las cosas maduran cuando es su tiempo. ¡Seguro que ha sido la hija de puta de la hormiga capitalista! ¿Qué va a ser de mí? Este invierno cruel durará mucho tiempo y moriré de hambre y frio, se decía. ¡Voy a pedirle explicaciones! ¡Todos los años lo mismo! ¡Maldita hormiga capitalista!.

¿Qué quieres? preguntó ésta cuando vio a la cigarra ante su puerta. El campo estaba cubierto por un espeso manto de nieve, mientras de la casa de la hormiga salía un rico olor a compota de manzana y gulas del norte. La cigarra libertaria, sacudiendo con dolor la nieve que helaba su pobre cuerpo, dijo lastimosamente: ¡Tengo hambre y estoy aterida de frío! La hormiga respondió maliciosamente: ¿Que me cuentas? ¿Que hacias durante el verano cuando se encuentran alimentos por todas partes y es posible construir una casa? La cigarra respondió: "Si recoges el fruto en verano, cuando aún no está maduro, la cosecha es menor, con lo que no hay para todos; y además hay que dejar una parte en el campo, para que el año que viene podamos comer de nuevo todos. Eres una egoísta y lo quieres todo para tí y para tus miles de hijos bastardos". Cuando terminó de decir esto, hizo una seña con el brazo, y tras de la loma surgió una plaga de insectos, de todas las clases y todos los pelajes, que al punto apalearon a la hormiga y arrasaron su casa, donde hallaron comida, bebida y algo de marijuana para pasar un invierno feliz y contento.

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