Planté una maceta con mi amor por ti en mi ventana, donde le diera el sol. Al principio la regaba a diario, tú la mirabas y te complacías, pero no decías nada. Poco a poco la fui descuidando, y la flor se marchitó. Hoy yace, yerta, y tú ya no pasas por mi calle.
Quizás por eso ayer disfruté al pasar con mi auto junto a un campo de girasoles. "Las cosas se terminan, los pies avanzan, pero eso no significa que sepan por qué caminan".
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